El sudor es la forma que tiene nuestro cuerpo de regular su temperatura y de eliminar las toxinas que le sobran. Sudar es algo normal, especialmente en épocas de altas temperaturas como el verano, pero algunas personas producen una cantidad excesiva de sudor debido a un trastorno denominado hiperhidrosis que puede afectar a su día a día. Afortunadamente, se puede tratar la hiperhidrosis de forma muy sencilla para evitar este problema.

¿Qué es exactamente la hiperhidrosis?

La hiperhidrosis es un trastorno provocado por un fallo en el sistema nervioso simpático que provoca que el cuerpo produzca más sudor del necesario, especialmente en zonas como las axilas, las palmas de las manos o las plantas de los pies. Se trata de un problema que afecta a aproximadamente 1,2 millones de personas en España y que en algunos casos llega a provocar depresión en las personas que lo sufren, debido al impacto psicológico que genera a la hora de tener que dar la mano a alguien o simplemente tener que escribir en un papel.

¿Cómo se puede tratar la hiperhidrosis?

El tratamiento para la hiperhidrosis es muy sencillo y consiste en la infiltración de pequeñas cantidades de toxina botulínica en la zona afectada. Gracias a esta sustancia se consigue inhibir la transmisión neuromuscular y, en consecuencia, se produce un bloqueo del exceso de producción del sudor.

La infiltración de toxina botulínica en las axilas produce unos resultados realmente satisfactorios y una mejoría muy notable, pero también se pueden tratar tanto las palmas de las manos como las plantas de los pies. El efecto comenzará a notarse entre 3 y 5 días después del tratamiento y tendrá una duración de 6 a 12 meses, dependiendo de la zona y las características del paciente.

En la mayoría de los casos se necesita una sola sesión, de entre 20 y 30 minutos, en la que no será necesaria baja laboral y la incorporación a la vida diaria es inmediata. A los 15 días, se realizará una revisión en la que se valorará la necesidad de una dosis adicional.